Donnerstag, 30. Juni 2011

un mundo nuevo

Hace ya más de una semana que estoy aquí.¡Qué rápido se puede dejar un lugar y adaptarse a otro mundo totalmente distinto! El pueblo Santa Cruz de Moya me pareció desde la primera vista – de la carretera de Cuenca llegando a mi nuevo hogar para los próximos dos meses – muy bonito… De repente se abre el valle y el pueblecito aparece. Un flechazo.



La mitad del día no hay vida en el pueblo por el calor sofocante. Después de las 14:00 ninguna tienda está abierta, nadie en la calle. Por eso he empezado a dormir la siesta y me divierto en casa con Engracia. Vivo con ella, mi abuela adoptada, y vivimos muy bien aquí. Engracia está todo el tiempo charlando conmigo y tiene el propósito de cebarme con las cosas más deliciosas de la cocina conquense. Ayer había por ejemplo gachas con harina de almortas (con aprox. 7 dientes de ajo…)- típico de la zona.
Qué experiencia más estupenda poder vivir en un lugar tan paradisíaco donde las puertas están abiertas y donde se puede dejar todo con toda confianza en la calle y donde la gente siempre se saluda, un lugar muy familiar. Delante de nuestra casa por ejemplo siempre hay una posibilidad de sentarse y gozar del aire al atardecer.



Después del primer fin de semana con fiestas varias tengo ya la sensación de conocer a “todos”. La gente aquí es extraordinariamente simpática. Además había por la fiesta de La Noche del Sol un taller de hierbas en el que aprendí no solo sobre las plantas sino también sobre su aplicación médica. Vivo aquí en uno de los paisajes más bonitos del mundo (de lo que ya estoy convencida ahora), en medio de sierras verdes con mucho monte que huelen a romero y tomillo y …




Como podéis ver, todo maravilloso aquí. El primer finde ya estaba lleno de nuevas aventuras: hemos cortado colmenas jugando apicultora. ¡Riquísima probar las frescas, la miel recién recogida!

Además fuimos de senderismo al Triginio a más de 1500 m de altura y hemos visitado la Puebla de San Miguel – otro lugar precioso. Allí fuimos “cazando” mariposas y admirando las sabinas impresionantes que tienen casi 1000 años.




Además nos hemos bañado a medianoche en las Simas, un lugar precioso (¡menos los tábanos!) y muchas cosas más como por ejemplo: recoger lechuga en el campo comer cerezas directamente del árbol y he sobrevivido de forma inesperada mi primera ruta en mountain bike (gracias a Simon – que anteayer volvió a Alemania) y aparte de todo esto… el trabajo: Ahora tengo una semana con muchas horas de trabajo. La vida va más “estresante” pero los descansos de tabaco o café lo relativizan muy bien. Estamos ahora mismo cinco personas aquí en la oficina. Mi trabajo en estos primeras semanas consiste en, sobre todo, transcribir una entrevista de un testigo que ya es mayor y por eso a veces cuesta un poco a entenderle. La entrevista dura en total 5 horas – queda mucho trabajo pero es muy interesante lo que está contando… sobre las primeros automóviles en el pueblo, la primera bombilla, cómo se experimentó la República y sobre la relación del pueblo con la gente del monte, los Maquis… a ver qué más va a revelar…


Ya estoy orgullosa habitante de Santa Cruz de Moya - ¡porque ya estoy empadronada!
hasta la próxima

agnes

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